Willy Crook: “Lo que sea que soy se lo debo a Patricio Rey y a Daniel Melingo”
12/08/2020 12:51
.jpeg)
El solista y ex ricotero Willy Crook estuvo en El Humo y El Hollín (lunes y jueves a las 22, en @trilceradio, con Gustavo Grazioli) y dejó tantos títulos como anécdotas. Recluido sin culpa durante la pandemia (“Me la paso haciendo nada sin el menor remordimiento, soy un gran haragán”), prepara un show vía streaming junto a su banda, los Funky Torinos, con tema nuevo incluído.
Una ametralladora de frases que se disparan desde un nido de anécdotas inenarrable. Eso es Willy Crook. El que fuera saxofonista de los primeros dos discos de Patricio Rey y colaborador y artista invitado de las bandas más icónicas del rock nacional de los ’80, ’90 y ’00, atraviesa el aislamiento obligado de la pandemia sin ningún tipo de desespero por el no-hacer (dirá que no se trata de “no hacer nada, sino de hacer nada”), aunque se reconoce abstinente del ruedo musical: “Extraño hasta las cosas más molestas del oficio”.
Hacer un repaso cronológico del recorrido anecdótico que volcó Willy Crook en la entrevista con Grazioli es prácticamente indecoroso. Sin el cambio constante de sus poses (en menos de un instante pasa de estar parado a estar caminando, sentado o acostado, bebiendo o fumando) ni la aspereza inconfundible de su voz, las textuales que aquí quedan son apenas un reflejo de segunda mano de lo que dice, por ejemplo, cuando recuerda su audición con Skay Beilinson y la Negra Poli (“pensé que hacían música para chicos, por eso de ‘los redonditos’”), para tocar el saxo con Los Redondos: “Me hicieron una prueba, pero no musical. Querían hablar conmigo, saber quién y cómo era yo. La pasamos bárbaro. El tema es que yo tenía un saxofón pero no sabía tocarlo y ellos recién se enteraron cuando fui a ensayar. La pregunta no es cómo entré a Los Redondos; la pregunta es ‘por qué’”.
Hay, también, un recuerdo de Ibiza, en la casa de quien fuera su novia. Y cuando Willy dice “casa”, en realidad quiere decir “corrales”: “Un día me dijo que iba a venir el dueño, que era un polaco. Y empezó a venir un montón de gente, pusieron grupos electrógenos, equipos… Yo vi que se pusieron a zapar y me sumé con una flauta dulce y un tambor marroquí. Me acuerdo que había dos violeros que eran monstruosos. Al día siguiente me enteré que eran David Gilmour y Alvin Lee”.
Respecto a la nominación para los Premios Gardel a Mejor Álbum de Rock por Lotophagy, asegura que “los premios no importan, hasta que te nominan”.
Podés ver la entrevista completa en el Instagram de Trilce Radio (@trilceradio) o en este link: https://bit.ly/vivowilly