Teatro en el living, de la mano de Mujeres por una poética propia
18/07/2021 13:29

Ana Marangoni de La Conspiración Inútil habló con Gilda Sosa, actriz y coescritora de la obra El caso de la mujer que no quiso ser un jarrón, y gestora cultural en Mujeres Por Una Poética Propia. Nos contó sobre TEATRO EN EL LIVING, una propuesta del grupo junto a El Astrolabio Teatro.
Les compartimos un fragmento de la entrevista. La escuchan completa acá:
Mujeres por una poética propia es, en palabras de Gilda Sosa, “una grupalidad de mujeres de las artes escénicas: iluminadoras, escenógrafas, vestuaristas, actrices, dramaturgas y directoras. La idea es ir gastando las obras en los cruces de esos roles”.
Para quienes todavía no se animan a ir a las salas de teatro, este colectivo presenta “Teatro en el living”, una propuesta realizada junto a El Astrolabio Teatro, que comenzó el pasado viernes 16 y continúa hasta el domingo 25 de julio.
Pero Gilda hace una salvedad: “para nosotras también es una manera de contar que no todos los teatros volvieron. Volvieron principalmente los comerciales, están asomándose algunos teatros independientes, el aforo es al 50%, hay que ventilar... Las condiciones siguen siendo complejas para los trabajadores de la cultura en general. Es una manera de hacer ese llamado y poder seguir trabajando con esta propuesta que es virtual”, explicó Sosa.
A pesar del miedo a que el teatro filmado quede duro, como expresó la actriz, las obras están filmadas a tres cámaras con calidad HD, y editadas de una manera dinámica. “La propuesta pide cuerpo, presencialidad, termina de completarse con el público. Pero también es una manera de experimentar y ver qué nos pide este tiempo”, propuso Sosa.
Como contó la entrevistada, el origen del grupo se dio cuando Andrea Ojeda (directora de las obras e integrante del grupo Teatro Periplo), comenzó a trabajar con un grupo de actrices. Partieron de la idea de reconocerse como mujeres de las artes escénicas, formadas en su mayoría por varones (tanto profesores como bibliografía pedagógica). Comenzaron a investigar, en palabras de Sosa, “cómo es la palabra de la mujer, como son las formas de representación escénica y la producción de la mujer”. De estas inquietudes trabajaron con la obra Escribí Griselda y luego con El devorador o hasta que florezcan los jazmines, El caso de la mujer que no quiso ser un jarrón y Las sobrinas feministas de María Elena. Ahora en septiembre van a estrenar Para no enmudecer.
Sosa ahondó en la forma de trabajo del colectivo: “La idea de esta grupalidad es como si fuésemos un gran continente que tiene células donde hay distintos proyectos. no siempre estamos todas en todas las obras, pero sí nos gusta ese formato, e ir comprometiéndonos todas en una obra donde están las compañeras. Estamos en pleno aprendizaje y nos entusiasma un montón”.
Mujeres por una poética tiene dos patas: una es investigar cómo trabajan, desde dónde, y la otra, los temas que abordan: “Es la figura de la voz de la mujer silenciada durante tanto tiempo y es encarnarla hoy: Qué nos pasa hoy con esas voces y qué nos pasa con nuestras propias voces, de ahí surge la poética”, comentó la actriz.
El caso de la mujer que no quiso ser un jarrón, inspirada en la vida y obra de la poeta, dramaturga y periodista Salvadora Medina Onrubia, tuvo casi un año de investigación en torno al personaje de esta mujer: “Tiene muchas aristas: desde la política, la escritura, su lugar místico”, comentó Sosa. Generalmente conocida como la mujer de Natalio Botana, el grupo rescata la importancia de su lugar en la historia, desde la carta que le escribió a Uriburu, su intervención con Yrigoyen para la liberación de Simón Radowitzky, su participación en el anarquismo, las tensiones con Eva Perón, entre otras.
“La historia la sigue cuestionando como madre”, comentó Sosa en relación a la muerte (o suicidio) de uno de sus hijos y la caracterización que se hizo de ella como madre poco cariñosa: “¿Por qué cuestionamos cómo fue una muejr de la historia como madre cuando jamás nos poreguntaríamos cómo fue un hombre de la historia como padre?”, se preguntaron con sus compañeras. “Además Salvadora es anarquista y se casa con un millonario, un magnate productor. Tiene una contradicción muy grande en su construcción simbólica. Nuestra idea es traerla y tensionarnos un poco su figura", indicó la actriz.
El devorador. O hasta que florezcan los jazmines trabaja con la figura de la bestia. “Es muy impactante cómo trabajan poéticamente con la figura del devorador, las heridas, cómo salir desde ese lugar, cómo todas dejaron que las lastime un poco.. Hay todo un universo muy fuerte para entrar y mucho humor. Siempre las obras las atravesamos desde el humor”, subrayó Sosa.
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Pueden ver El devorador. O hasta que florezcan los jazmines hasta este domingo 18 y El caso de la mujer que no quiso ser un jarrón desde el viernes 23 al domingo 26 de julio. Las entradas se adquieren por la página de Alternativa Teatral (http://www.alternativateatral.com/espacio116-el-astrolabio-teatro). Pueden abonar desde un piso de $300. La idea de permitirle que la persona que pueda pague más es porque el proyecto es también un apoyo al teatro independiente, que en este momento lo necesita.
Les dejamos las sinopsis:
El devorador o hasta que florezcan los jazmines: Un grupo de mujeres espera que se muera "la bestia" para abandonar el espacio en el que son amputadas. La bestia perversa agoniza, rodeándolas de porquerías, desechos, excrementos y pedazos de cosas que ha masticado, pero no muere. El animal todavía respira y es él quien tiene la llave que les permitiría cambiar esa vida impiadosa y ajena que padecen. Solo con la llave podrán recuperar lo que es propio y la memoria; pero el desalmado tiene las garras apretadas y no suelta. "Las puertas se abren solo por dentro, para cruzarlas es necesario haber ido antes al otro lado con la imaginación y los deseos" declara una voz iluminada. ¿Cuántas veces se han prometido abandonar la escena? Pero el opresor no sería tan fuerte si no tuviese cómplices entre las propias oprimidas. La farsa termina: cuando no fue una, fue la otra pero la bestia siempre fue consentida, siempre comió. Cada vez son menos, a algunas se las tragó enteras. ¿Hasta cuando podrán aguantar? Tienen una última oportunidad, se han prometido que cuando florezcan los jazmines le sacarán las llaves al desgraciado. Los jazmines ya florecieron. Ellas no quieren ser devoradas.
El caso de la mujer que no quiso ser un jarrón: Josefina es una mujer apasionada por el estudio de la vida y obra de mujeres que han sido vanguardia en el arte. Pero ya no le alcanza con estudiarlas, las invoca y casi como un acto de magia, espiritismo o puro teatro, las hace aparecer frente al público.. Y esta vez es el turno de Salvadora Medina Onrubia, una escritora anarquista y feminista de principios del siglo XX que fuera también la primera mujer encarcelada por su ideología política. Todo lo previsto para este encuentro puede cambiar el rumbo. pues que se puede esperar de un espíritu revolucionario. de una mujer que siendo niña se niega a besar el anillo del obispo.
Escuchá La Conspiración Inútil todos los lunes y viernes a las 16hs por www.trilceradio.com.ar