Mitología griega: el culto a la gran diosa

19/08/2020 17:49

La mitología griega forma parte de esos relatos que llegaron a nosotres de manera muy distinta a como fueron concebidos. Hoy los escuchamos como historias o cuentos acabados, muy lejos de la situación histórica que los originó. Ana Marangoni, conductora de La Caja de Pandora, nos invita a revisar y analizar esta parte de la historia.


Zeus seduciendo a ninfas, engañando a mortales, o dejando por toda la tierra hijas e hijos, dioses o semi dioses. Abundan los raptos, las violaciones, o esposas celosas cuyo poder consiste en vengarse de las andanzas de esposos egocéntricos y caprichosos.

Para muches mitólogues, estas historias son, en realidad, la forma en la que se expresaron las transformaciones sociales, como resultado de diversas invasiones. Y el panteón liderado por Zeus, no es otra cosa que el resultado de las invasiones de los patriarcas helenos, que produjo fuertes transformaciones en el culto y el poder, progresivamente, a lo largo de varios milenios.

Por eso, se sabe poco de la mitología y de las prácticas religiosas anteriores de la Europa antigua, centradas en el culto a la gran diosa. Esta diosa se veía representada tanto en el sol, como en la luna, aunque esta última figura celeste tenía supremacía sobre el sol.

La gran diosa tenía tres aspectos, que representaban a la mujer en la juventud, en la madurez y en la vejez. Aspectos o ciclos que se plasmaban también en las fases de la luna, nueva, llena y menguante, y en las estaciones del año. Las sacerdotisas o ninfas que rendían culto a la gran diosa se ceñían a un calendario de 13 meses, cada uno de 28 días, y los ciclos de la luna regían los tiempos de siembra y de cosecha, así como las festividades religiosas.

En esos tiempos, las sacerdotisas elegían un rey una vez al año, al que sacrificaban luego de la séptima luna llena. Así garantizaban la fertilidad de los campos y la abundancia.

Con el tiempo, a medida que avanzan las invasiones, los helenos comienzan a impartir el culto a Zeus, y los reyes pasan a ser quienes gobiernan efectivamente, relegando a la sacerdotisa a algunas funciones rituales y al lugar de esposa. Y en los relatos mitológicos, la gran diosa pasa a estar fragmentada, subordinada, y en algunas de sus expresiones más poderosas, directamente asesinada. La diosa se fractura en tres deidades distintas: Atenea, la doncella; Venus, la ninfa; y Hera, la anciana.

Hera se convierte en la esposa de Zeus, pero subordinada a él, como lo observamos en la mayoría de los relatos que hoy conocemos. Atenea y Venus, son sus hijas, por lo que pierden autonomía y poder. Medusa y Metis, algunos de sus aspectos más oscuros y poderosos, mueren a manos de vengadores.

En La Caja de Pandora se recuperan esos relatos más antiguos, y se vuelva a armar la diosa, oculta y fragmentada en la mitología griega que perpetuaron los invasores helénicos.Recuperamos rituales y ceremonias antiguas, el porqué de algunas historias, y los símbolos multiplicados de la luna. Nos subimos a Pegaso, su caballo alado, y entre canciones lunares, recuperamos una parte de esa mitología que quedó perdida en el tiempo. Porque la historia y la literatura, siempre la escriben los vencedores. Pero una y otra vez, pueden volver a escribirse.

Escuchá "La Caja de Pandora" los lunes a las 18 hs. por trilceradio.com.ar