La Lija estrena "The Well Below The Valley"

15/04/2020 17:00

Entrevistamos a Tomás Bradley integrante de "La Lija", con motivo del estreno de "The Well Below The Valley", una canción de incesto y sangre.

Tomás vislumbra un futuro posible, relata los objetivos que se plantean como banda pero también hecha luz sobre un grupo musical, que no se limita a componer canciones si no que intenta, "conjurar la esfinge inventando un modo para hacer lo que moralmente hay que hacer sin dejar de ser lo que se desea ser”. 




¿Qué es La Lija?


La Lija es una banda de música que gusta definirse como de nueva música popular, a conciencia de lo controvertido que suena y es anunciarlo así. Compuesta de unas trece personas y teniendo en su posibilidad el uso de una variada instrumentación que va aumentando y enfatizándose según los proyectos lo requieren.

Comenzamos nuestra trayectoria exclusivamente musical revisando y componiendo, teniendo como punto de partida el imaginario de los folclores americanos, con una de folclores de ultramar y una tendencia a la barroquización. Mientras esto se daba en lo exclusivamente musical, en lo que hacía al discurso, la concepción del quehacer y de la lírica, nos comenzó ocupando la intención de continuar y comprender las formar de hacer lo popular que se dieron en el continente hacia los 60 y 70 y que luego fueron truncadas por las dictaduras y el terrorismo de estado en su modalidad desaparecedora y con su particular ensañamiento con la práctica cultural. La certeza de que el desarrollo de una práctica había sido truncada y que había que unir nuestro presente con su pasado para resolver algunas orfandades fue motor primero para mucho de lo que hicimos en un primer tiempo y se puede advertir los rastros de este proceso a lo largo de los cuatro primeros discos. Es un proceso que nosotros damos, para el grupo, como terminado y que el haberlo hecho, con las muchas partes y aventuras a que nos llevó la consigna, nos dejó en una situación de gran riqueza para mejor emprender la tarea de generar ahora una expresión que abreve de todas y pueda suponer obras que no nieguen ninguna de las muchas y contradictorias partes que hacen al sujeto de este siglo y de estos espacios y que además proyecten otro, partiendo y reconociendo aquello en lo que devenimos.

En ese momento nos hallamos como grupo, grabando el primer trabajo que dará cuenta de este nuevo momento. Como grupo hemos trabajado al mismo tiempo en proyectos paralelos. Uno de ellos fue la organización de un evento que se llamó “San Pato y la buena traición”, pretexto para expropiar y deglutir el importado día de San Patricio y con él, la sonoridad de la llamada música celta que siempre nos interesó. De esos tres conciertos que hicimos en el año 2016 y que grabamos de un tirón al terminar el ciclo, nos quedó el material que hoy conforma este disco que estamos revelando en la cuarentena East Coast, too close (o el mate cocido)”.

 

¿Cómo se conocieron? ¿quiénes integran la banda?

 

Las historias que fueron reuniendo a los integrantes del grupo tienen todas un punto común. Siempre existió, previo ser parte de La Lija, la amistad, la familia y/o el trabajo en otra área y cada cosa se fue encaminando a devenir en esta grupalidad. Muchxs se conocen de cuando las primarias o secundarias, otrxs fueron cosechados en el ir del grupo formando con el primero una relación externa y luego incorporándose. Las historias son tantas siendo trece los integrantes actuales y están plagadas de cruces, por lo que la referencia a cada una sería larga. Pero puede decirse que debajo de lo que es lo principal en tanto grupo de música, existe una trama debajo que también nos da carácter de barra. La banda está integrada hoy por Sebastián Bradley, Federico García, Francisco Fernández Sobrino, Maximiliano Martínez, Andrea Bouhier, Sergio Iriarte, Ignacio Savid, Paula Bradley, Florencia CosentinoNicolás Galván, Nicolás Galpasoro, Juan Manuel Botello y Tomás Bradley.



¿Por qué estrenar un video en medio de la cuarentena ?


El tema estrenado en ésta época forma parte del material que habíamos grabado hacia el 2016 junto con otras nueve obras. Teníamos proyectado reunirlo todo en un disco “fuera de programa” que ya estaba concebido, pero la verdad es que no teníamos pensado que fuera ahora. La imposibilidad de dedicarnos a ninguna otra cosa que no fuera trabajar sobre cosas que ya tuviéramos grabadas hizo que decidiéramos que el momento de sacarlo fuera este y de la mano de esta fatalidad apuramos el cierre del trabajo. Pensamos que también es un modo de confirmarse y confirmar a quien nos preste oreja que se sigue estando, y sobre todo, que se estará.

 

¿Hay alguna relación con la cuarentena y la historia de Santa Tejerina que cuentan en la canción que estrenaron?


Cualquier relación que podamos urdir entre la historia de la santa y el momento en que publicamos la canción, siendo que este trabajo es de hace unos años, es casual, si es que esas cosas existen, y urdida de modo posterior. Pero creemos que siempre es así. Si hay cosa enjabonada e inasible, es el presente, toda vez que el presente no sea la superstición que sospechamos que es o en todo caso un concepto que debemos utilizar para organizar la vida, pero que no es pasible de ser aprehendido de veras. El quehacer cultural artístico, creemos, tiene su imperio puesto en la significación de UN pasado y la proyección, deseo o negación de UN futuro. En esto que llamamos “pasado” metemos la cultura, también en tanto memoria, que la cultura no es otra cosa que una forma de una memoria entre las muchas posibles. De ese modo es el pasado el que existe en el “presente” y lo condiciona y crea. Es difícil trabajar sobre algo que no tiene calidad de “presente” sin mentar ese mismo presente al mismo tiempo. Parece confuso, pero se ancla sobre la más básica noción de la física. Es en todo caso el presente el que debe ajustarse a la obra, y no otra cosa se hace desde que somos sujetos que piensan y interactúan con el presente desde su cultura, es decir su memoria, desde el pasado que se dan a si mismos. Establecida esta maroma laberíntica, podemos decir ahora que la historia de Santa Tejerina, quien en soledad espera algo y en nombre de esa espera niega todo lo que el tiempo le arrumba y, al llegar lo esperado no lo advierte y lo deja pasar, es la historia de múltiples interpretaciones en las que como sujetos y como pueblos nos vemos empantanados.

   

¿Creen que como artistas tienen la obligación de elaborar discursos nuevos a partir de esta realidad?

 

Exceptuando el hecho de que esta situación corrobora a la vista del mundo, el precio con que se cobran ciertas ausencias y que esto dará más fuerza y “razón” a quienes reclaman y luchan por estados caracterizados por su presencia en los ámbitos donde no los desea el neoliberalismo, y actuando de acuerdo a principios que privilegien la vida y no el capital (y esto no es para nada menor, ojalá no lo achique el “exceptuando” con que arrancamos a responder), todas las demás realidades y sus premisas contra las que nosotrxs y tantxs mas avezadxs nos pronunciamos, no harán sino aumentar su solidez. El “sistema”, creemos, no esta siendo objetado.

Se pueden adoptar perspectivas desde donde así lo parezca pero el capital, el capital financiero, el capitalismo en definitiva, no saldrá debilitado de esto. Y, es más, las tendencias de aislamiento, desconfianza en le otrx, atomización de la vida social, artificialidad de la construcción de vínculos, delegación de la libertad a los sistemas de control y vigilancia, y hacer de le otrx la posible fuente de “la muerte, el enemigo, el riesgo” que ya eran graves antes tomarán de este trauma una fuerza mayor y la confusión entre “valorar la vida” y concesionar las cosas que hacen que la vida tenga valor será más alarmante, y ya lo eran antes.

Con el paso de los últimos años hemos aceptado por razones de menor gravedad, lo que entendemos como significativos atentados contra la libertad. En esta coyuntura estas concesiones parecen corroborarse en el estado de excepción, pero el trauma se inscribe en la memoria, el miedo persistirá y la tendencia se pronunciará. Se corre el riesgo de que en las subjetividades se enfatice la deshumanización, la desconfianza en la otredad y el miedo a todo cuerpo y a todo afuera. Todas estas eran tendencias que de un modo u otro atizaba el sistema y no dejará de aprovecharlo. El gran problema, y esto solo se puede encarar y pensar desde el quehacer cultural, es que es difícil responder a este problema.

Las crónicas de las grandes pestes están plagadas de narraciones donde priman por un lado las miradas que critican la negligencia a veces de los gobiernos, otra de los pueblos a la hora de encarar el problema. Otras veces quedan horrorizadas con cómo queda la imagen del panorama social cuando efectivamente se toman las medidas necesarias y efectivas pero lo que queda es un mundo en donde falta aquello para lo cual se quería vivir. Se dirá “las pestes terminan y con ellas las medidas”. Eso es cierto, en algún punto. Porque aunque la peste termine, el miedo persiste y la capacidad y necesidad de aprovechar los miedos que tiene el sistema es lo peligroso y rápidamente pueden lograr capitalizarlo. No olvidar que en buena medida la imagen de nuestra vida hoy en tanto desvinculada, desmovilizada, aterrada, paranoica, dependiente de las respuestas y medidas de arriba, cuesten lo que cuesten, es una imagen potenciada pero fiel de la utopía del sistema, lo que tal vez de otro modo, pero en esencia está buscando y propiciando continuamente.

Ahora, y este es uno de los grandes problemas a los cuales quizá tengan que orientarse los discursos de lxs hacedorxs de cultura, cómo conjurar este problema donde el procedimiento sensato conlleva elevar y exacerbar prácticas que fuera de esta coyuntura  son todo lo contrario a lo que se deseaba? Cómo hacer que para que esta contrapráctica, la de el aislamiento social, hasta hoy tenida como el mejor método para aliviar el problema, no signifique al mismo tiempo levantar las banderas del enemigo de siempre? Qué significación le podremos dar para que este hacer lo que no se deseaba, este hacer el mal, si se me permite, sea una estrategia nuestra y no una batalla regalada? En definitiva, cómo se significa todo para que el miedo no tenga lugar para actuar. Hasta ahora, en las diferentes pestes que asolaron el mundo en toda su historia, nunca se logró conjurar la terrible dicotomía de “miedo a la vida para conservar la vida” en que se termina recayendo como premisa. De ella, ni lxs que murieron ni lxs que vivieron sacaron partido. Al fin, se tratará de conjurar la esfinge inventando un modo para hacer lo que moralmente hay que hacer sin dejar de ser lo que se desea ser. Nada fácil.


¿Dónde ponen sus expectativas como grupo musical?

 

El grupo está hace dos años embarcado en una ampliación de su poética. Esta ampliación en definitiva representa nuestra expectativa, imposible por definición, de colaborar en la generación de un tipo de estética que pueda contener todas las contradicciones y todos los elementos. Se detesta la nichificación en géneros, en pertenencias únicas que parecen querer disminuirnos a solamente una parte de lo que se es y no del todo que se podría. Presentar eso en una búsqueda estética expresa nuestra expectativa.

¿Qué es lo primero que harán cuando termine la cuarentena?


Tenemos pensada toda una serie de actividades que habrían sido subversivas en tiempo de cuarentena. Lo haremos para declarar en nosotrxs que el estado de excepción es un ESTADO DE EXCEPCIÓN.  Vamos a abrazar una tos, cabalgar un estornudo, prohibirnos los codos, hacer el amor a un pasamanos de colectivo, lamer asientos de tren, comer pañuelos usados, beber todo el alcohol en gel del pico y de la misma botella en alguna peatonal, juntar en las manos suficiente mugre como para hacer una huerta, visitar enemigos, violar espacios personales, solamente hablarnos al oído, solo leer diarios de anteayer manoseados, comer en un puesto en la calle hablando a los gritos y, finalmente, saludarnos entre nosotros con un escupitajo en la mano, como sellando un pacto, para luego repartirnos a los cuatro rumbos como los hijos de Martín Fierro, llevando nuestros cuerpos y sus bagayos como a la buena nueva.  

Hoy miércoles 15 de abril a las 19, "La Lija" participará junto a la actriz Sofía Brito del programa "Trilce Radio En Cuarentena".